La oxitocina, comúnmente conocida como la "hormona del amor", es una sustancia química que el cuerpo humano produce de manera natural y que desempeña un papel crucial en la socialización, la empatía y el desarrollo de vínculos afectivos. En los últimos años, los investigadores han explorado su potencial para mejorar la interacción social en niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA), brindando nuevas esperanzas a padres y terapeutas.
En este artículo, exploraremos qué es la oxitocina, cómo influye en los niños con TEA y qué dicen los estudios más recientes sobre su uso como intervención terapéutica.

¿Qué dice la ciencia sobre la oxitocina y el autismo?
Diversos estudios han encontrado que los niveles de oxitocina en niños con TEA pueden ser más bajos en comparación con los niños neurotípicos. Esto ha llevado a los investigadores a analizar cómo la administración de oxitocina podría influir en los síntomas del autismo.
Los estudios recientes han revelado que la oxitocina puede:
Mejorar el contacto visual: Los niños con TEA que reciben oxitocina han mostrado una mayor capacidad para mantener el contacto visual con sus interlocutores.
Aumentar la respuesta emocional: Se ha observado una mejora en la respuesta emocional a estímulos sociales, como las sonrisas o expresiones faciales.
Facilitar la interacción social: La oxitocina parece ayudar a los niños con autismo a sentirse más cómodos en entornos sociales y a participar más activamente en interacciones.
¿Cómo se administra la oxitocina?
La oxitocina se puede administrar mediante:
Sprays nasales: La forma más común de administración para estudios clínicos.
Suplementos hormonales supervisados: Bajo estricta vigilancia médica, se han explorado otras formas de suplementación para evaluar su impacto.
¿Es recomendable su uso?
A pesar de los resultados prometedores, la oxitocina aún se encuentra en fase de investigación y su uso debe estar estrictamente supervisado por profesionales de la salud. Algunos estudios han encontrado diferencias en la efectividad según las características individuales de cada niño, por lo que no se recomienda su uso sin evaluación previa.
Factores a considerar antes de usar oxitocina:
Evaluación médica completa: Es importante descartar cualquier contraindicación antes de iniciar un tratamiento con oxitocina.
Monitorización de efectos secundarios: Algunos niños pueden experimentar efectos adversos, como irritabilidad o dolores de cabeza.
Complemento de terapias: La oxitocina debe considerarse como una herramienta complementaria y no como un sustituto de otras terapias basadas en la evidencia.
La oxitocina es una prometedora línea de investigación en el tratamiento del autismo, ofreciendo nuevas esperanzas para mejorar la interacción social y la calidad de vida de los niños con TEA. Sin embargo, su uso debe ser cuidadosamente evaluado y aplicado bajo la supervisión de un especialista.
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