Manejo de berrinches y conductas desafiantes en niños con autismo: Guía práctica para padres desde Cognitivo
- Cognitivo
- 24 jun
- 4 Min. de lectura
Las rabietas intensas, los episodios de frustración o las conductas agresivas son desafíos frecuentes en el día a día de muchas familias con niños dentro del Trastorno del Espectro Autista (TEA). En Santo Domingo y toda República Dominicana, es común que los padres busquen respuestas tras sentirse desbordados por crisis emocionales que no logran controlar. Estas situaciones no solo generan estrés en el hogar, sino que también afectan el vínculo entre padres e hijos, así como la calidad de vida familiar.
En Cognitivo, centro especializado en psicología infantil, entendemos el impacto que estas conductas pueden tener en la dinámica familiar. Este artículo ofrece estrategias prácticas de manejo conductual y emocional, adaptadas al perfil sensorial y comunicativo de niños con TEA, para ayudar a las familias a reducir el estrés, fortalecer el vínculo afectivo y mejorar la convivencia.

¿Por qué ocurren los berrinches en niños con autismo?
Aunque todos los niños pueden tener berrinches, en el caso del TEA estas conductas suelen ser más frecuentes, intensas y prolongadas. Algunas causas comunes que identificamos en Cognitivo son:
Dificultades para comunicarse: Cuando el niño no puede expresar lo que necesita o siente, se frustra.
Cambios inesperados: La alteración de rutinas o transiciones sin aviso pueden desencadenar crisis emocionales.
Sobrecarga sensorial: Ruidos fuertes, luces brillantes, ciertos tejidos o espacios concurridos pueden generar malestar físico y emocional.
Dolor o incomodidad física: Hambre, sueño, dolor o malestar general pueden causar irritabilidad.
Búsqueda de atención: En algunos casos, el berrinche se convierte en una forma de captar la atención de los adultos.
Identificar la causa es el primer paso para intervenir de forma efectiva. Por eso, en Cognitivo realizamos una evaluación conductual inicial para entender el entorno, las rutinas y los disparadores comunes de cada niño.
Estrategias efectivas desde la disciplina positiva
En Cognitivo promovemos un enfoque basado en la comprensión, la anticipación y la prevención. Algunas técnicas que enseñamos a los padres en nuestras sesiones de entrenamiento son:
1. Anticipar con ayudas visuales
Los niños con TEA se sienten más seguros cuando saben lo que va a pasar. Utiliza pictogramas, dibujos, fotos o una agenda visual con íconos que representen la secuencia del día. Por ejemplo: “desayuno – baño – terapia – casa”. Esto ayuda a reducir la ansiedad y mejora la transición entre actividades.
2. Crear un espacio tranquilo de autorregulación
Diseña un rincón de calma en casa con cojines, mantas suaves, luces tenues o juguetes sensoriales (como botellas con purpurina o pelotas texturizadas). Este espacio no es un castigo, sino un lugar al que el niño puede ir cuando se sienta abrumado para calmarse con autonomía.
3. Reforzar conductas positivas
Los niños con autismo responden mejor al refuerzo positivo que a los castigos. Celebra y refuerza las pequeñas victorias, como usar palabras en lugar de gritar o esperar su turno. Puedes usar elogios, sistemas de fichas, dibujos de estrellas o actividades especiales.
4. Establecer rutinas claras y predecibles
Tener horarios fijos para comer, dormir y jugar proporciona seguridad emocional. Utiliza tablas de rutina con ilustraciones para que el niño visualice sus actividades diarias. Cambios inesperados deben avisarse con tiempo y explicarse de forma sencilla.
5. Redirigir sin confrontar
Durante una crisis, evita gritar, castigar o confrontar. Usa frases cortas y calmadas como “estás molesto, vamos a respirar juntos” o “entiendo que no te gusta, vamos a intentarlo de otra forma”. La calma del adulto ayuda a regular la del niño.
6. Validar sus emociones
Aunque no comprendamos completamente su reacción, es importante transmitirle que entendemos que se siente mal. Validar no significa permitir conductas inadecuadas, pero sí conectar emocionalmente: “Sé que estás frustrado, estoy aquí para ayudarte”.

¿Cómo trabaja Cognitivo con las familias?
En nuestro centro de Santo Domingo ofrecemos acompañamiento personalizado para padres y madres a través de:
Evaluación funcional del comportamiento.
Sesiones de orientación familiar.
Entrenamiento práctico en el manejo de crisis.
Guías visuales personalizadas.
Programas de regulación emocional infantil.
Nuestro equipo está conformado por psicólogos infantiles, terapeutas conductuales y especialistas en integración sensorial, lo que nos permite abordar cada caso desde un enfoque integral.
Cuándo acudir a un profesional
Recomendamos pedir ayuda cuando:
Las crisis son diarias o muy intensas.
Las conductas afectan el bienestar del niño o la convivencia familiar.
El niño se autolesiona o agrede a otros.
Los padres se sienten desbordados, estresados o culpables.
Buscar orientación no es señal de debilidad. Es una muestra de amor, compromiso y deseo de brindar lo mejor a tu hijo. En Cognitivo, las familias encuentran un lugar seguro, sin juicios y con soluciones reales.
Testimonios reales de familias en Santo Domingo
Mamá de Gabriel (4 años): “No sabíamos cómo manejar sus crisis. En Cognitivo nos explicaron qué hacer antes, durante y después de los berrinches. Ahora en casa todo ha cambiado. Gabriel ya no se lanza al piso, y nosotros ya no gritamos”.
Papá de Sofía (6 años): “El rincón de calma fue lo mejor que aprendimos. Ella ya va sola cuando se siente abrumada. Nunca imaginamos que algo tan sencillo ayudara tanto. Gracias, Cognitivo”.
Los berrinches en niños con autismo no son simples actos de desobediencia, sino manifestaciones de una necesidad no satisfecha o de una sobrecarga emocional. Con estrategias adecuadas, comprensión y el acompañamiento correcto, es posible reducir su frecuencia y severidad.
En Cognitivo, en Santo Domingo, acompañamos a cada familia en este camino, ofreciendo herramientas prácticas, apoyo emocional y resultados visibles. Si estás atravesando este desafío, no estás sola ni solo.
Agenda una cita con nuestro equipo y recibe el apoyo que necesitas para criar con más calma, empatía y confianza. Porque un hogar con menos crisis es un hogar con más conexión.
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