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Sensibilidad sensorial en el autismo: Cómo manejarla y crear rutinas seguras desde Cognitivo

Para muchas familias en Santo Domingo, uno de los retos más desconcertantes del Trastorno del Espectro Autista (TEA) es la sensibilidad sensorial. Algunos niños parecen irritarse sin motivo aparente ante sonidos cotidianos, luces brillantes o incluso al contacto con ciertas telas. Estas reacciones no son simples caprichos: son manifestaciones reales de un sistema nervioso que procesa el entorno de manera diferente.


En Cognitivo, centro especializado en psicología infantil, acompañamos a muchas familias que descubren que comprender y respetar estas diferencias sensoriales transforma la vida cotidiana. Este artículo ofrece estrategias creativas y muy concretas para ajustar el entorno familiar y las rutinas de forma que los niños con autismo se sientan seguros, tranquilos y comprendidos.

¿Qué es la sensibilidad sensorial en el TEA?


Los niños con TEA pueden experimentar hiper o hiposensibilidad en uno o varios sentidos: vista, oído, tacto, gusto, olfato o propiocepción (conciencia corporal). Esto significa que pueden:

  • Reaccionar de forma intensa a un sonido leve (como una licuadora).

  • Molestarse por luces fluorescentes o parpadeantes.

  • Rechazar ciertas texturas de ropa, alimentos o superficies.

  • Buscar constantemente ciertos movimientos (como girar o balancearse).

  • Sentir angustia ante cambios inesperados o ruidos imprevistos.

Estas reacciones pueden parecer exageradas, pero para el niño son respuestas auténticas y necesarias ante un entorno que perciben como abrumador o confuso.


Cómo identificar los disparadores sensoriales


En Cognitivo realizamos observaciones clínicas y entrevistas con los padres para detectar patrones y desencadenantes. En casa, puedes observar:

  • ¿Cuándo aparece el berrinche? ¿Al encender luces? ¿Al ponerle el uniforme?

  • ¿Qué evita tu hijo? ¿Zapatillas? ¿El ruido del secador?

  • ¿Qué busca repetidamente? ¿Columpios? ¿Apretarse bajo almohadas?

Llevar un registro o diario sensorial puede ayudarte a anticipar y prevenir situaciones de sobrecarga.


Ajustes sensoriales creativos desde el hogar


  1. Audífonos protectores o auriculares con música suave: Ideal para salidas a supermercados o espacios con eco. En Cognitivo usamos modelos acolchonados que no presionan demasiado.

  2. Ropa sin etiquetas y tejidos suaves: Evita telas sintéticas o ajustadas. Algunas familias en Santo Domingo optan por ropa de algodón sin costuras para el uniforme escolar.

  3. Espacio de calma o "rincón sensorial": Crea un espacio con luces tenues, cojines, una manta con peso o juguetes que tranquilicen (como tubos con burbujas o libros sensoriales). Es un recurso que usamos a diario en nuestras sesiones en Cognitivo.

  4. Evita sobrecargar el ambiente: Reduce el volumen de la TV, evita tener muchas conversaciones simultáneas, elige decoraciones con colores suaves.

  5. Aromas suaves y agradables: Algunas esencias naturales como lavanda ayudan a relajar. Evita ambientadores artificiales fuertes.


La importancia de las rutinas seguras y predecibles

La estructura es una aliada poderosa para los niños con autismo. En Cognitivo diseñamos rutinas personalizadas que se convierten en anclas emocionales para ellos.


  1. Horarios visuales: Usa pictogramas, relojes con dibujos o calendarios de imanes para anticipar qué vendrá. "Desayuno - baño - juego - escuela - casa".

  2. Transiciones graduales: Si va a haber un cambio (vacaciones, nueva terapeuta), prepáralo con antelación. Muéstrale fotos o haz un juego simbólico.

  3. Rutinas sensoriales previas a eventos exigentes: Antes de salir, dedica unos minutos a presiones profundas (masajes suaves), respiraciones o movimientos rítmicos.

  4. Flexibilidad dentro de la estructura: La rutina da seguridad, pero también es clave enseñar que puede haber pequeños cambios. Enséñale con ejemplos positivos: "Hoy en vez de arroz, hay pasta y también es rico".



Testimonios reales de familias en Santo Domingo


Madre de Leo, 6 años: “Nunca entendíamos por qué se quitaba los zapatos a la fuerza. En Cognitivo nos explicaron que era la textura. Cambiamos de modelo y todo mejoró. Ahora hasta quiere salir al parque”.


Papá de Camila, 4 años: “Antes lloraba al entrar al supermercado. Con los audífonos especiales y el horario de menos gente, ya lo tolera mejor. Y si se agobia, sabemos cómo calmarla”.


La sensibilidad sensorial no es un obstáculo, sino una característica que, comprendida y respetada, puede guiarte para construir un entorno donde tu hijo se sienta en paz. Con pequeños ajustes y mucha observación, las familias pueden evitar crisis, mejorar la convivencia y fortalecer el vínculo emocional.


En Cognitivo, en Santo Domingo, acompañamos a cada familia en este proceso. Te ayudamos a entender cómo siente tu hijo, a adaptar su entorno y a transformar el día a día en una experiencia más segura y amable.


Agenda tu cita con nuestro equipo y descubre cómo convertir tu hogar en un refugio sensorial positivo para tu hijo.

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