Autismo: qué hacer durante una crisis - Guía de apoyo inmediato para padres desde Cognitivo
- Cognitivo

- 7 jul
- 3 Min. de lectura
Cuando un niño con autismo atraviesa una crisis, el ambiente se llena de tensión, preocupación y muchas veces impotencia. En Santo Domingo, escuchamos a diario en Cognitivo a madres y padres decir: “No sé cómo calmarlo”, “se golpea”, “grita sin parar” o “no puedo salir de casa con él”. Estos episodios, conocidos como crisis sensoriales o emocionales, son mucho más comunes de lo que se piensa y responden a una sobrecarga del sistema nervioso ante estímulos que el niño no logra manejar.
Este artículo tiene como objetivo brindarte herramientas claras, efectivas y empáticas para manejar esos momentos. Porque una crisis no es el fin del mundo: puede ser la puerta para entender mejor a tu hijo y acompañarlo con amor, calma y estrategia.

¿Qué es una crisis en el contexto del autismo?
Una crisis ocurre cuando el niño pierde el control emocional y conductual debido a una sobrecarga sensorial, emocional o comunicativa. No es un berrinche voluntario, ni un intento de manipulación. Es una manifestación auténtica de desregulación interna.
Algunos signos comunes incluyen:
Gritos o llanto intenso.
Golpes o autolesiones.
Agitación motora (correr, lanzar objetos).
Cierre sensorial (taparse los oídos, esconderse, dejar de responder).
Reacciones desproporcionadas ante un estímulo aparentemente mínimo.
En Cognitivo ayudamos a los padres a diferenciar entre una crisis y una conducta desafiante, porque el abordaje es completamente distinto.
¿Qué hacer durante una crisis?
1. Mantén la calma (aunque sea difícil)
Tu hijo necesita tu estabilidad. Respira profundo y baja el tono de voz. No discutas, no razones, no expliques. En ese momento su cerebro está en modo de supervivencia, no de escucha.
2. Reduce estímulos
Si hay luces brillantes, ruidos, gente o movimiento, trata de llevar al niño a un lugar más tranquilo o baja la intensidad del entorno. En Cognitivo recomendamos tener un kit de emergencia sensorial (audífonos, pelota antiestrés, manta con peso, agua fría, etc.).
3. No toques sin avisar
Muchos niños con TEA rechazan el contacto físico durante una crisis. Si es necesario intervenir físicamente (para evitar una autolesión), hazlo con suavidad y explicando con voz serena lo que harás.
4. Repite frases calmantes y predecibles
Frases como “estoy aquí”, “ya va a pasar”, “vamos a respirar” pueden calmar. Usa un tono constante, sin exigir respuestas.
5. Permite que se regule a su ritmo
No apures el proceso. Cada niño tiene su propio tiempo de recuperación. Algunos necesitan 5 minutos, otros 30. Lo importante es que sienta que estás presente sin exigirle nada.
¿Qué hacer después de una crisis?
Verifica su estado físico: ¿Se golpeó? ¿Está sudado, deshidratado o necesita descanso?
No regañes ni premies: La crisis no debe verse como una conducta castigada ni como un comportamiento que se refuerza. Solo acompaña.
Habla sobre lo ocurrido (más tarde): Usa apoyos visuales, dibujos o títeres para explicar lo que pasó. Refuerza con frases como “cuando te sientes así, puedes pedirme ayuda”.
Anota lo que sucedió: ¿Qué pasó antes, durante y después? Esto ayuda a encontrar patrones y prevenir futuras crisis.
Prevención: la mejor herramienta
En Cognitivo trabajamos con las familias para prevenir crisis a través de:
Anticipación visual: Agendas con pictogramas, horarios y avisos previos a cambios.
Regulación sensorial diaria: Rutinas de presión profunda, movimiento, pausas con música suave o espacios de calma.
Comunicación alternativa: Tableros, gestos, apps o lenguaje de señas para que el niño pueda pedir lo que necesita sin llegar al colapso.
Entrenamiento familiar: Enseñamos a madres, padres y cuidadores cómo actuar paso a paso y practicar simulacros de contención emocional.
Testimonios reales
Mamá de Elías (5 años): “Antes no podíamos ir al supermercado. Hoy, con su horario visual y sus audífonos, lo tolera mejor. Y si tiene una crisis, sabemos qué hacer”.
Papá de Nicole (7 años): “En Cognitivo aprendimos a dejar de decir ‘cálmate’ y empezar a decir ‘estoy contigo’. Parece pequeño, pero lo cambia todo”.
Las crisis no definen a tu hijo ni a ti como padre o madre. Son oportunidades de aprendizaje, de conexión profunda y de crecimiento familiar. En Cognitivo, no solo entendemos lo que es vivir una crisis: te ayudamos a atravesarla y transformarla en una experiencia de amor, contención y avance.
Agenda tu cita con nuestro equipo y aprende a manejar las crisis con estrategia, empatía y apoyo profesional. Tu hijo lo merece. Tú también.








Comentarios